Dr. Alfredo Hernández
Argentina - noviembre 2020
“Saber escuchar es tener, además del propio cerebro, el cerebro de los demás”
Leonardo Da Vinci (1452-1519) arquitecto, científico, artista, ingeniero y filósofo
El uso exponencial del término “Neurociencias” en las últimas décadas sobre diversas disciplinas de la actividad humana en particular, requiere de alguna manera considerar un contexto histórico que posibilite una visión ordenada
de sus aplicaciones.
La historia de las investigaciones sobre el cerebro ha sido parte de la propia evolución cognitiva humana, sustentada en la eterna dualidad mente-cerebro y luego con el advenimiento tecnológico se fue expandiendo a diversas áreas
del conocimiento.
Diferentes contextos y perspectivas pueden conformar un inicio cronológicamente hablando, pero podemos citar un trabajo científico publicado en 1970 por la revista Nature, que menciona el término Neurociencia, para señalar un nuevo abordaje tecnológico y metodológico basado en la biología y la física de las ciencias humanas, desarrollando conceptos para comprender los procesos que hacen surgir nuestros pensamientos y nuestros estados de conciencia, pero aplicados al bienestar permanente, contemplando avances para todas las facetas cotidianas de la
humanidad para poner en práctica los nuevos descubrimientos científicos.
El destacado neurocientífico Vilayanur Ramachandran (Universidad de California en San Diego) refiere que la neurociencia representa una revolución científica que cuestiona la esencia misma del hombre y tendrá efectos tan importantes como fueron en la historia universal las siguientes revoluciones:
Revolución Copernicana (1543). Nicólas Copérnico estableció en astronomía que nosotros giramos alrededor del Sol como cualquier otro planeta enunciando la teoría heliocéntrica en oposición a la postura geocéntrica de la época, mediante su publicación titulada “De revolutionibus” que fue ampliada por un editor alemán que incorporó “orbium coelestium” quedando finalmente como “Las revoluciones de las Esferas Celestes”.
Posterior a la muerte de Copérnico, su publicación se incorporó a las prohibiciones de la Inquisición luego de los trabajos de Galileo en 1661.
Quién tiene el derecho de pronunciarse sobre el Universo… la iglesia, los filósofos, los científicos?
Revolución Darwiniana (1859), el aporte científico de Charles Darwin con su célebre publicación “ El Origen de las Especies ” cambió el concepto antropocentrista del universo, demostrando que el ser humano no es el centro de la creación en el mundo biológico sino un resultado evolutivo de la selección natural.
Destacando que los seres vivos pueden ser explicados por procesos naturales sin intervención de entidades sobrenaturales. Darwin construyó las bases de la biología moderna.
Revolución Freudiana (1896), con el descubrimiento del inconsciente, el médico Sigmund Freud propuso que la mayoría de nuestras acciones y comportamientos están gobernados por emociones de los que prácticamente no somos conscientes.
La revolución actual: es la comprensión del cerebro humano !!!!!!
Estamos siendo testigos de esta ola “neuro” que abarca diversas actividades en la búsqueda de respuestas a
diferentes cuestiones.
El punto clave (en mi opinión) es la calidad del conocimiento y su adecuada aplicación, pero la extensa diversidad de percepciones ha permitido la difusión de neuromitología (“ideas no científicas sobre el funcionamiento del cerebro” – Alan Crockard, 1980) conocimientos que todavía tienen impacto en algunos escenarios.
Los neuroíconos están incorporados junto con la invención de numerosos neologismos al mundo educativo, económico, filosófico, gastronomía, arte, justicia, político, entre otros; representando una neurofilia contagiosa que parece no tener límites.
Cronólogicamente estamos hablando de tiempos actuales, década de 1990.
El cerebro es un órgano como cualquier otro? Probablemente no.
La fascinación de los avances tecnológicos (imágenes y registros funcionales no invasivos del cerebro) buscando
“leer la mente” plantean reflexiones sobre los rasgos característicos del ser humano, temas asociados a las decisiones,
identidad de la naturaleza humana, responsabilidad individual y social.
La neurociencia contemporánea brinda un acceso a dimensiones inéditas sobre el funcionamiento del cerebro pero las perspectivas intelectuales, culturales, científicas y técnicas deberán ubicar este poder y asignarle su lugar apropiado en la sociedad actual.
El historiador Yuval Harari, en su libro “21 Lecciones para el Siglo XXI” refiere que el homo sapiens ha podido modificar su entorno y adaptarlo a sus necesidades pero los desafíos futuros están centrados sobre el conocimiento de sí mismo y qué hacer con ese poder, indudablemente aquí la neurociencia tiene un rol destacado.
Hasta la próxima.
Para ampliar
Crockard A. Confessions of a brain surgeon. New Scientist, 2016:68. 1996
Harari Y. 21 Lecciones para el Siglo XXI. Editorial Debate, 2018
Lledo PM. El cerebro en el siglo XXI. Editorial El Ateneo.2018
Ramachandran VS. Los laberintos del Cerebro. Editorial La liebre de marzo SL, Barcelona.2008
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